miércoles, 17 de febrero de 2010

De cuerpos y sitios.


La estela que dejamos al huir de un sitio o de una persona es como un resorte que inevitablemente volverá a su forma original. Llevandote de regreso.

Y a veces cuando regresas a ese lugar del cual huiste, se siente un poco nuevo. No para tu cuerpo, sino para tus recuerdos.

Buscas el miedo en las paredes, tras las ventanas, en los resquicios, en las vueltas, sin encontrarlo. En su lugar recuerdas todo lo que te enamoró de aquel sitio, lo que te retuvo y despierta en ti el amor por esa parte tuya, ese eco de ti que te llama y te seduce para no volver a irte.

¿Cometerás el mismo error de nuevo?

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