sábado, 23 de enero de 2010

Sobre la madurez y otros menesteres...



La semana pasada mientras escombraba uno de esos muebles que solo duran escombrados mientras suspiras lleno de satisfacción al terminar. Me di cuenta de que esta vez el montón de basura que habia sacado, era el más grande que había tirado hasta entonces. Y fue cuando comenzé a pensar sobre el "Complejo de Ratón"

El "Complejo de ratón" consiste básicamente en guardar todo objeto palpable, no importa cuantas cajas, carpetas o muebles tengas para guardar cosas, siempre estarán llenos y siempre necesitarás más. Otra cosa de la que me di cuenta ese día fue que, aún si tu complejo de ratón no es crónico, se puede medir tu nivel de madurez de acuerdo a la cantidad de basura que saques al escombrar un espacio. El "complejo de ratón" se dispara por alguna de las siguientes razones:


1.- El roce con algun ser especial. Puede ser un lapiz mordisqueado, una cuchara o la servilleta que un ser de esos que nos hacen sentir que los demás estamos mal hechos, te extendió para limpiarte la cara de babosa que pusiste cuando hablaron por primera vez.

2.- Ese objeto marcó un momento especial de tu vida. La envoltura de la paleta que comiste con tus amigas el primer dia de sus primeras vacaciones juntas (ese dato se saco de una historia veridica). La playera con la que saliste con tu novio de años por primera vez, que ya no te queda, que ya no parece playera, pero que contiene en ella el testimonio de sus primeros minutos juntos. (Ahhh que romantico!)

3.- El delirio obsesivo de que tal vez algún día nos servirá para algo crucial. Eso parecería útil para cubrir el dicho de "Ser humano prevenido, vale por dos" aunque usualmente cubre más una de las leyes de Murphy: "Cuando decidas tirar algo que has guardado durante años, invariablemente lo necesitarás una semana después". (El tiempo que pasé después de tirarlo puede variar)

Asi que cuando entres en razón y notes que aunque tires la carpeta que contiene todas las cartas de tus amigos o seres queridos, no cambiará en modo alguno lo que sienten por ti. Cuando seas capaz de alimentar a tu propio ego y te deshagas de notitas y cartas de tus ex-parejas y admiradores secretos. Cuándo te des cuenta de que lo único que deja una persona al tocar un objeto es una ligera y casi imperceptible capa de células muertas y huellas digitales. Cuando te des cuenta, de que si llegaras a necesitar una hoja del color que tienes guardado (y que muchas veces no es ni siquiera una hoja completa), es poco probable que requieras solo una y será necesario que hagas el viaje a la papeleria. Cuando dejes de mover la vela para emergencia que nunca encuentras cuando se va la luz. Cuando te atrevas a abrir el bote de resistol que lleva años paseando de un escondite a otro y te das cuenta de que esta completamente seco.

Cuando logres hacer todo eso, y como resultado tengas dos o más bolsas grandes y negras de basura, ese será tu grado de madurez: + basura = + madurez. Y a pesar de todo, sin importar cuantas cosas logres tirar, no pasarán más de tres meses para que otra generación de basura tome su lugar. Porque el complejo de ratón es una enfermedad degenerativa y si no se trata a tiempo puedes morir (entre otras maneras) durante un incendio: Al tratar de rescatar la mayor cantidad de objetos inservibles, te verás en la necesidad de elegir, lo que te provocará un colapso de nostalgia que te hará finalmente imposible abandonar tu hogar en llamas. O trataras de huir con tantos objetos que al final te será imposible atravesar la puerta.

Todo esto me lleva a una nueva conclusión. La madurez existe. Pero solo se madura sobre una etapa lejana de la vida. Al prescindir de los amuletos del pasado podemos jactarnos de haber madurado sobre esa etapa de nuestras vidas. Pero en ese mismo instante estaremos cargando en la bolsa, o en la cartera los nuevos "viejos amuletos" que tiraremos tiempo después. Lo cual me recuerda a un fragmento de poema que guardaba en una de las carpetas que tiré y al cuál le dediqué un momento para guardar en la memoria.

"...Entonces... no teníamos recuerdo. Éramos el recuerdo que tenemos ahora. Ídolos de nosostros mismos, para la fé sumisa del después."
Gabriel Ferrater.

Memoria: El complejo de ratón original. Tal vez sea el miedo a la vulnerabilidad de nuestra mente, a la facilidad con la que pueden confundirse los sueños con los recuerdos por lo que necesitamos las cosas palpables para reafirmar nuestro pasado. Comprobar lo que almacenamos en la mente, con lo que almacenamos hasta debajo del mantel. Conservarnos, más allá del olvido.



He escrito.


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